Usos del amoniaco y la lejía que te sorprenderán

Usos de la lejía y el Amoníaco

Usos del amoniaco y la lejía que te sorprenderán

steven No Comment
Blog Hogar

¿Sabes para que se usa el amoniaco? ¿Y la lejía? Seguro que lo de la lejía lo tienes algo más claro, pero ¿y el amoniaco? Hoy Monra’s te enseña algunos de los usos de la lejía y el amoniaco que seguro que no te imaginas, y que te ayudarán a tener todo más limpio sacándole el máximo partido a estos productos.

Nosotros en usamos estos trucos en nuestros servicios de limpieza en Valencia.

Comencemos por el amoniaco. Este increíble producto, utilizado por especialistas de la limpieza y tintorerías, puede ser un gran aliado para la limpieza de diferentes superficies. Estos son algunos de sus usos:

  • Deja el horno reluciente. Sólo tienes que precalentar el horno y meter 2 recipientes: unos grande con agua hirviendo y otro pequeño con amoniaco. Deja que actúe durante unas horas y luego repásalo. ¡Verás que se queda como nuevo!
  • Ayuda a quitar capas de pintura de los muebles. ¿Quieres renovar la pintura de un mueble pero no puedes eliminar los restos de la que tiene actualmente o no tienes lija? ¡No hay problema! Sólo tienes que aplicar un poco d amoniaco sobre la zona a tratar, lo dejas actuar y verás qué pronto se quita. Para eliminar las capas más antiguas tendrás que utilizar amoniaco puro. También sirve para quitarle el brillo a un mueble encerado.
  • Quita el olor a humedad en las toallas. Si alguna vez coges una toalla y en lugar de oler a suavizante desprende un olor desagradable, probablemente sea humedad porque no sea secado correctamente. Mete la toalla en la lavadora y añade amoniaco (una taza por media carga) y cuando la saques verás que cambio.
  • Recupera prendas blancas desteñidas. Si estás pensando en deshacerte de alguna prenda blanca porque está desteñida, prueba primero a darle una segunda oportunidad. Sólo tienes que ponerla a remojo con un chorrito de amoniaco y agua abundante y después tiéndela al sol.
  • Perfecto para limpiar zapatos de tela y ante. Mezcla agua, jabón y amoniaco en un recipiente y aplica la mezcla sobre el calzado con la ayuda de un cepillo de dientes (que no uses, evidentemente). ¡Verás cómo quedan como nuevos!

Ahora es el turno de la lejía. Este es un producto que no suele faltar en casa, pero no todos conocemos sus usos más allá de desinfectar recuperar el blanco de la ropa y eliminar manchas en prendas blancas. Hoy descubriremos nuevos usos de este producto:

  • Desatasca el fregadero. Vierte un chorro de lejía muy caliente por el desagüe y verás como desatasca el fregadero. Pero… ¡cuidado con los vapores!
  • Limpia las persianas de PVC. Si tienen manchas difíciles o de moho, ayúdate de una esponja y la mezcla de 1 parte de lejía por 10 de agua para quitarlas. ¡Verás qué resultados!
  • Recupera el blanco. Todos sabemos que ayuda a recuperar el blanco de las prendas, pero lo que no todos saben es que también sirve para recuperar el blanco de la porcelana (ya sea el lavabo, la bañera o una taza, plato o fuente). Mezcla agua y lejía y frota con muchas ganas la zona a tratar. ¡Verás que resultados!
  • Deja las paredes blancas e impolutas. Mezcla 3 partes de agua con 1 de lejía y frota las paredes. Como si se tratase de magia, verás que desaparecen las manchas de bolígrafo rotulador o lápiz que hayan hecho los niños y las paredes quedarán más blancas. ¡Ojo! ¡Frota suavecito no vayas a quitar la pintura de la pared!

Recomendaciones y precauciones sobre el uso de estos productos:

  • Abre siempre las ventanas de la estancia donde los utilices. Una buena ventilación es primordial para evitar sustos.
  • Ponte guantes. No debes utilizarlos nunca sin protección, porque son perjudiciales para la piel.
  • Protege tu ropa. Ten cuidado no te salpique (especialmente la lejía) porque pueden estropear tu ropa. Lo ideal es que utilices ropa vieja cuando vayas a limpiar con estos productos.
  • Nunca mezcles los 2 productos. Ni apliques amoniaco donde hayas aplicado lejía previamente.
  • No uses amoniaco puro. No conseguirás limpiar más, sino que le quitarás el brillo al producto y lo estropearás.
  • No te excedas con el uso de la lejía en la ropa. Si lavas la ropa siempre con lejía, conseguirás que se debiliten las fibras y se desgaste antes, y además, le saldrán manchas amarillas a la prenda.
  • Nunca debes usarlos…
    • Para limpiar el parqué o la madera. Si los usas, dejarán mate el barniz y perderá todo su encanto. Tampoco es recomendable utilizarlos en suelos de barro o pizarra.
    • En piezas metálicas o cromadas. Si los utilizas sobre grifos, pomos,… perderán su brillo e incluso se pueden oxidar.

Esperamos que hayas aprendido mucho sobre los usos de estos productos y que hayas tomado nota para llevarlo a la práctica.

¿Conocías estos usos? ¿Cuál es el que más te ha sorprendido?

 

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